Mesa Abierta: conversación en profundidad con un profesional destacado
Ana Blanch, directora general de Argyor, visita la Mesa Abierta de Redacción para explicar cómo esta prestigiosa marca de joyería ha dado el salto a la venta online.
Oro, plata e innovación. Argyor, el fabricante de joyería especializado en alianzas, ha dado un espectacular giro a la estrategia del sector de la joyería en los últimos años, con una apuesta decidida por el canal online. A Ana Blanch, directora general de esta empresa familiar con más de seis décadas de historia, no le falta experiencia en poner en marcha proyectos apasionantes. Para hablar sobre su trayectoria, y sobre cómo Argyor afronta su cambio de modelo comercial, la directiva visitó la Mesa Abierta de Redacción, el formato de entrevistas patrocinado por Kalibo Correduría de Seguros.
La trayectoria profesional de Ana Blanch arrancó vinculada al mundo de la consultoría en el sector cooperativo. Fue una de las personas detrás de la creación de la Asociación de Cooperativas Aragonesas, desde donde trabajó en la fundación de la Confederación Española de Cooperativas, y posteriormente en la organización a nivel europeo. También participó en la redacción de la Ley de Cooperativas de Aragón. «Fue una época apasionante, con un gran equipo de gente, pero siempre decía que, como consultora, estaba viendo los toros desde la barrera, y yo quería saltar al ruedo».
La ocasión llegó cuando Caja Laboral abrió oficinas en Zaragoza y buscaban a alguien con conocimiento del mundo cooperativo. «Fue una gran oportunidad, ya que me permitió formarme en el sector financiero«, recuerda Blanch, que de aquí dio el salto a Caixa Galicia, que también se estaba expandiendo a nivel nacional. «Eso fue en 2007, y entonces llegó la crisis y cayeron las cajas. La experiencia acumulada me permitió sobrellevarlo y que contaran conmigo para el proceso del rescate bancario, que en Caixa Galicia tuvo como consecuencia la fundación de EVO Bank. Me fui a Madrid y creamos de la nada, en apenas dos años, un nuevo banco, con un planteamiento muy novedoso, y con el objetivo de venderlo, algo que conseguimos».
De vuelta a Zaragoza, el proceso de digitalización de la entidad supuso el cierre de la oficina en la capital aragonesa… «Me ofrecieron continuar en Madrid, pero yo quería quedarme aquí y tuve el privilegio de poder negarme. Busqué algo nuevo: quería trabajar el sector industrial, vender un producto que se pudiera tocar… Y entonces nos cruzamos con el consejo de administración de Argyor. Me cautivaron, y eso fue clave, porque un proyecto te tiene que gustar para desplegar toda tu pasión en él«.
Ana Blanch, de Argyor. Fotos y vídeos: Arturo Gascón.Argyor es una empresa familiar fundada en 1954. Es una marca de gran prestigio en el sector de la joyería, donde destacan en cuanto a alianzas y, en menor medida, en medallas. Cuenta con presencia en toda España, pero también en Asia, Europa y Latino América, donde tiene una filial en México. Para Blanch, «ser familiar y tener 65 años de historia son fortalezas, pero también arrastra puntos débiles, principalmente la resistencia al cambio, lo que obligaba a involucrar a todas las personas de la organización en el proceso de transformación para que saliera adelante».
La crisis había pensado en la compañía, así que el primer reto de Blanch fue «acelerar el departamento comercial, subir las ventas con técnicas del sector bancario». Así, durante 2018, el primer año de la directiva al frente de la compañía, la marca creció un 5%, mientras que el sector de la joyería lo hizo en un 2,5%. El crecimiento implicaba «alinearse con la producción, que el crecimiento del departamento comercial tuviera respuesta inmediata desde los talleres», para lo que pusieron en marcha un comité de coordinación entre ambos departamentos.
Antes, en 2017, la firma tomó una decisión «muy valiente»: dejar de trabajar con mayoristas y pasar a distribuir directamente a través de las joyerías. «Supuso en un primer momento una caída de ventas, si bien se trataba de un canal con márgenes muy reducidos», explica Blanch. La estrategia pasó a ser lograr la fidelización de las joyerías a través de un programa de afiliación, compartiendo la multicanalidad: «Nuestra web no iba a ser una competencia para ellas, sino un complemento para sus ventas», incide Blanch.
Así, la nueva filosofía de Argyor pasa por entender que»el canal físico no va a desaparecer, pero la realidad es que el cliente busca primero en la web las características del producto y las posibles ofertas, y luego acude a la joyería a probárselo y a cerrar la compra». «En nuestro sector es clave aportar confianza, porque el cliente está comprando oro y diamantes: una joya es también una inversión. La marca Argyor puede aportar esa confianza y credibilidad, pero para ello el joyero sigue siendo un aliado fundamental».
En la actualidad, Argyor cuenta con 470 puntos de venta afiliados. «Nuestra web se convierte en un canal de venta más para ellos, hasta el punto de que cada vez que se vende algo en nuestra tienda online con dirección de pedido dentro de su código postal, perciben una comisión», cuenta Blanch, que añade que este modelo «es también una ventaja en cuanto que no necesitan tener tanto stock en la tienda, ya que pueden mostrar los productos en nuestra web como si fuera un escaparate».
La alianza y el sector nupcial son el punto fuerte de Argyor para construir su marca. «Es nuestro factor diferencial y nuestra oportunidad para competir en el sector», asegura Blanch. En este sentido han desarrollado las líneas Argyor 1954, que permite personalizar el diseño de alianzas a través de su web, y Algo Azul, que incorpora zafiros para convertirse en el complemento ideal para las novias. Apuestan fuerte por las redes sociales para su publicidad, si bien no han descuidado las publicaciones tradicionales.
Ana Blanch adelanta que «Argyor quiere abanderar un cambio en el sector encaminado a conseguir joyerías más divertidas y atractivas». «Vamos a estar situados en los ámbitos más novedosos del mercado», asegura la directiva.