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Javier Floristán: «En octubre conseguimos las mejores ventas de nuestra historia»

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El socio fundador de La Mafia Se Sienta a la Mesa explicó cómo ha sido la trayectoria de esta franquicia, sus mayores hitos y también sus fracasos

La Mafia Se Sienta a la Mesa es un restaurante que forma ya parte del paisaje de nuestra ciudad y de muchas otras en toda España, pues ha crecido como franquicia y ya está presente en todo el país. Pero muchos siguen sin saber que se creó en Zaragoza.  Su socio fundador y gerente, Javier Floristán, nos contó cómo inició su andadura y cómo ha evolucionado en un #VermúdeRedacción. En el formato, patrocinado por Banco Santander y BMW Goya Automoción, los asistentes disfrutaron de la conversación mientras tomaban unos vinos elegidos por Vinos Botica.

El conocido restaurante italiano surgió por la iniciativa de dos amigos que se conocieron haciendo la mili, un decorador y un cocinero, que empezaron montando una pequeña cafetería que enseguida se quedó pequeña. Abrieron el restaurante Transiberiano en 1998 en el centro de Zaragoza, que también funcionó muy bien pero que no resultaba rentable, por lo que decidieron dar una vuelta de tuerca a su negocio. Todo esto nos contó el socio fundador y gerente, Javier Floristán (el que empezó como decorador) durante una charla muy distendida. «Pensamos que la pasta era un producto más económico, lo que nos haría aumentar la rentabilidad de un negocio. Hicimos un viaje a Italia en verano y en septiembre abrimos el primer La Mafia se Sienta a la Mesa».

Unos dos años y pico después abrieron el segundo establecimiento y quisieron diversificarse montando dos locales de videoclubs con restaurante y servicio a domicilio. «Fue nuestra primera prueba-error. Era un negocio muy difícil de mantener y decidimos enfocarnos al crecimiento de La Mafia con franquicias».

Con la entrada de un tercer socio aumentaron la inversión y decidieron que tenían que conseguir que el producto, sobre todo las salsas, fuese el mismo en todos los establecimientos, por lo que había que producirlo a gran escala. «Tuvimos la suerte de que el director de Heinz, Manolo Rivero, se jubiló y quería montar algo con sus hijos. Nos hizo el producto a través de una empresa que creó y pudimos progresar rápidamente».  Así comenzó el crecimiento exponencial de las franquicias de La Mafia entre 2002 y 2007.

Ahí llegó su segunda «prueba-error»: se asociaron con Mostaza para replicar el modelo, y montaron La Barbacoa y La Croqueta. «En 2008 doblamos facturaciones abrimos alguna franquicia, pero llegó la crisis y las ventas bajaron en cerca de un 40%, por lo que tuvimos que cerrar». Decidieron apostar por tener un obrador potente y diferenciarse de los demás por la calidad de su producto, por lo que alquilaron una nave y crearon la unidad de producción de donde salen sus salsas y platos, elaboran productos exclusivos para El Corte Inglés, para los Hermanos Torres, etc.

La Mafia ha conseguido posicionar su  marca a nivel nacional, sobre todo por Andalucía y Extremadura. En 2016 crearon La Boutique Italian Food, una marca lowcost pensada para centros comerciales y traveller, y en 2020 pusieron en marcha Ditaly, de la mano con Estrella Galicia,  un concepto de cervecería con pizza napolitana. Así continúa el proyecto de expansión de La Mafia, un modelo de negocio que va viento en popa y que el pasado mes de octubre consiguió sus mejores ventas históricas

En esta ocasión asistieron Rubén Marcos y Fernando Leoz (Banco Santander), Mónica Manero y José Benedicto (BMW Goya Automoción), Antonio Flamenco y Concepción Lozano (El Rincón), David Fauquié (Auren), Juan Herminio Duarte (Colegio Montearagón), Alejandro Gómez (Instituto Aragonés de Fomento), Roberto Martínez (Gesvalt), Juan Carlos Roig y Noelia Sánchez (Asisa), Javier Eslava (Capital Intelectual), Mariano Barbed (Barbed Selección), y Ana Gracia y Natalia García (Cámara Zaragoza).