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Carlos Manuel Escribano, arzobispo de Zaragoza: «Estamos aplicando estrategias de marketing religioso para conectar con los más jóvenes»

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Vermú de redacción con el arzobispo de zaragoza carlos manuel escribano

Carlos Manuel Escribano, una trayectoria episcopal reconocida en toda España

Carlos Manuel Escribano nació en Carballo, Galicia, en el año 1964 debido a la asignación laboral de destino de su padre. Sin embargo, poco tiempo después, la familia regresó a Aragón. Licenciado en Ciencias Empresariales por Universidad de Zaragoza, continuó su formación académica estudiando Teología en la Universidad de Navarra y obtuvo la licenciatura en Teología Moral en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.

Tras más de una década incardinado en la Archidiócesis de Zaragoza, en julio de 2010, fue nombrado obispo de Teruel y Albarracín y, en 2016, fue nombrado obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. En octubre de 2020 fue nombrado por el Papa Francisco como arzobispo de Zaragoza, suponiendo un gran hito en su carrera episcopal.

Dentro de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Carlos Manuel Escribano desempeña un papel importante. Desde el año 2020, ocupa la posición de presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida. Además, Escribano es miembro de la Comisión Permanente y, desde el año 2015, es consiliario de Manos Unidas.

Iglesia y empresa: unidos por el bien común

La ciudad de Zaragoza cuenta con más de 45.000 empresas constituidas y el arzobispo de Zaragoza hace hincapié en ellas a la hora de valorar su papel como generadoras de prosperidad para la sociedad aragonesa. En este sentido, Escribano afirma su «gratitud sincera a los creadores de riqueza en el tejido empresarial de nuestra región».

Además, envía a todas las instituciones empresariales su aliento por el cambio de época que les está tocando vivir, donde resalta cuestiones como la digitalización y un contexto internacional turbulento en los últimos años.

Escribano aprecia una gran vinculación y paralelismo entre la Iglesia y las organizaciones empresariales. Para el arzobispo de Zaragoza, ambas instituciones juegan un papel muy importante en la difusión de valores beneficiosos para el bien común de la sociedad. Entre ellos, destaca cuestiones como la confianza, la generosidad, el esfuerzo y el foco en las personas frente al individualismo que, afirma Escribano, impera en la sociedad actual.

De la misma manera, Escribano señala el paralelismo existente con las empresas en lo que a la conexión con su público objetivo se refiere. La Iglesia, al igual que la empresa, posee una estrategia organizativa sólida. Uno de sus objetivos claves es conseguir llegar a su público objetivo, aquellos posibles creyentes que aún no han conectado con la institución. Por ello, están implantando nuevos métodos de atracción, como los recientes planes de Marketing Religioso y Pensamiento Creativo realizados por Carlos Luna para potenciar su labor evangelizadora.

El arzobispo subraya tres cualidades que desde el pensamiento social de la Iglesia consideran fundamentales y positivas para el conjunto de la sociedad. En primer lugar, la vocación empresarial, donde destaca, además de los valores citados anteriormente, la creación de innovación y creatividad.

Además del énfasis por el bien común, Escribano resalta la figura del líder desde un punto de beneficio en su servicio al resto. En este sentido, apunta que un buen líder ha de alentar al resto a seguir el camino correcto en su vida y motivar al resto a conseguir los retos que se propongan, pero siempre pensando en el colectivo.

En referencia al ‘Vermú de Redacción‘, Escribano se declara «fan» de los espacios creativos compartidos para conversar, dentro y entre colectivos, con el fin de mejorar a través de nuevas ideas y maneras de ejecutarlas.

La conversación junto a Carlos Manuel Escribano se acompañó de un aperitivo, cortesía de la tienda Vinario, y tuvo lugar en las instalaciones del Mercado Central con el patrocionio de Banco Santander.