Irene Carmen (DICSA): «Para conseguir unos objetivos, lo primero es creérselo»
Mesa Abierta: conversación en profundidad con un profesional destacado
La presidenta de DICSA habló sobre su empresa, la internacionalización y el papel de la mujer durante una Mesa Abierta
Es presidenta de DICSA y de la comisión de Internacionalización de Cámara Zaragoza. Irene Carmen lleva muchos años en el mundo empresarial y contó sus experiencias en una Mesa Abierta patrocinada por Kalibo, en la que también participó el director de la correduría de seguros, Miguel de las Morenas, y a la que asistió un nutrido grupo de personas.
DICSA es una empresa familiar creada en Bilbao en 1983 fabricante de racores en acero inoxidable y distribuidor internacional de material hidráulico y neumático. «Cuando llegué a Zaragoza me metí en la Asociación de Jóvenes Empresarios por mi edad y porque había más mujeres». Después conoció a Javier Rico, antiguo presidente de Cámara Zaragoza, y se presentó a las elecciones, entrando a formar parte del pleno. «Fue en 1998 y me di cuenta de que era la única señora. Muchos no sabían bien cómo tratarme». Lo de ser mujer empresaria no le ha generado problemas, «aunque sí algún inconveniente». «El mío es un sector muy masculino y, cuando empecé a salir fuera, en toda Europa apenas había mujeres en mi nivel profesional». La directiva considera que para llegar donde quires «tienes que creer en ti misma» y que la diversidad es buena: «Mujeres y hombres ofrecemos puntos de vista diferentes y eso viene muy bien«. En su opinión, debería existir una cuota mínima inicial para normalizar la situación, pero luego ya no hacen falta cuotas. El que no vale se va, da igual si es hombre o mujer».
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DICSA era una pequeña empresa que empezó como distribuidora, comprando y vendiendo. «Pero cada vez nos demandaban más producto y empezamos a producir lo que no encontrábamos en el mercado«. En España no se producía acero inoxidable y había que traerlo de Alemania, con los consiguientes problemas con el idioma y la moneda. «Decidimos crear una fábrica para darnos servicio a nosotros mismos y buscamos el sistema para vender fuera». Para ello utilizaron los servicios de la Cámara de Comercio y se dedicaron a asistir a ferias internacionales. «Vimos que la única solución era salir al extranjero y en 1995 empezamos a exportar. Desde entonces hemos ido creciendo en producto, proveedores, trabajadores, etc. Lo más difícil ha sido encontrar personal con idiomas para todos los niveles de la empresa».
DICSA está presente en más de 100 países, principalmente en Europa, pero también en el resto de continentes. Venden a distribuidores y tienen varias gamas de producto. «Hemos ido creando un departamento de exportación al que se deben en la actualidad el 60% de las ventas y en nuestra planta de Zaragoza tenemos gente de 17 países diferentes». En la sede zaragozana tienen 200 empleados, pero también tienen otras delegaciones. «En 2008 creamos una empresa en Italia para abastecernos de producto italiano más rápido y dar servicio allí. Después creamos una plataforma logística en Alemania porque tenemos allí los principales competidores y queríamos conseguir las mismas condiciones de rapidez en servicio». En 2018 crearon una empresa en Estados Unidos porque llevaban muchos años vendiendo allí, pero no terminaban de arrancar. «Para ellos importar es complicado por los aranceles y así hemos conseguido dar servicio directo allí».
En la actualidad siguen asistiendo a ferias, pero han cambiado el concepto. «No vamos buscando producto, sino que hacemos de meeting point para nuestros clientes. Tenemos un stand con bar que a la gente le gusta mucho».
La rapidez del servicio y el stock es fundamental en este sector, que se ha ido adaptando a los tiempos. «Invertimos en ecommerce y esto nos llevó a crear una plataforma digital muy completa para poder llegar a mucha más gente». La digitalización también llegó al almacén, donde tienen alrededor de 65.000 referencias, e invirtieron en almacenes verticales y en códigos de barra con pistola. «En una mañana, sin saber nada, un empleado nuevo puede ya hacer pedidos gracias al moderno sistema». A nivel de producción también digitalizaron sistemas y gracias a la tecnología transfer ahorran mucho tiempo. «Producimos más piezas por minuto con menos mano de obra. Seguimos buscando nuevas máquinas para producir mejor y llegamos a la robótica». Además, la digitalización les permite garantizar la calidad exigida.
Para DICSA el personal es fundamental e invierten cada vez más en Recursos Humanos para encontrar a los mejores. «Cuando empezamos éramos pocos y nos conocíamos todos, pero ahora es más difícil. La gente está contenta porque somos una empresa seria y moderna». De hecho, en DICSA se preocupan porque sus empleados trabajen a gusto y han creado una fábrica moderna y bonita que, incluso, ha ganado un premio de arquitectura. «El año pasado fue el 35 aniversario e hicimos un día de puertas abiertas. Los empleados colaboraron muy bien y por la noche hicimos una fiesta. Para nosotros es fundamental que el trabajador esté a gusto».