Ricardo Santamaría (CESCE) explora las implicaciones de la nueva realidad geopolítica para las empresas y las economías en un desayuno del Club Cámara Internacional
La geopolítica tiene un impacto más significativo que nunca en los negocios internacionales. Ricardo Santamaría, director de Riesgo País y Gestión de Deuda en CESCE, la Compañía de Seguro de Crédito a la Exportación, compartió su perspectiva sobre la situación en un desayuno con empresas del Club Cámara Internacional.
Santamaría destacó que el principal motor del cambio geopolítico ha sido el ascenso de China como potencia rival de la hegemonía de Estados Unidos, junto con el cuestionamiento del orden liberal basado en reglas. Este fenómeno, intensificado por la crisis del COVID-19, que reveló la vulnerabilidad de la globalización, y por la guerra en Ucrania, ha marcado un cambio geopolítico significativo en los últimos cuatro años. «Con la pérdida de la hegemonía de Occidente, ha surgido una nueva rivalidad sistémica. Las relaciones se han fragmentado, poniendo fin a una era de paz sin precedentes», aseguró.
El directivo de Cesce explicó que la geopolítica impacta en los negocios internacionales porque se han multiplicado la incertidumbre y los escenarios catastróficos, y los conflictos tienen consecuencias directas e indirectas sobre las cadenas de suministro, los precios y los costes de financiación. Todo esto ha conducido a una fragmentación del comercio y el neoproteccionismo, así como al acortamiento de las cadenas de valor.
En el punto de mira
Para anticipar las posibles repercusiones de la geopolítica global, Santamaría recomendó prestar atención a varios conflictos clave. En primer lugar, la rivalidad entre China y Estados Unidos en áreas como tecnología, comercio, defensa y diplomacia. También mencionó la guerra en Ucrania y los conflictos en Oriente Medio, donde existe un riesgo de escalada y donde la diplomacia internacional juega un papel fundamental. Finalmente, subrayó la importancia de las elecciones estadounidenses y las implicaciones para la política exterior y la economía dependiendo de si gana Trump o Harris.
Perspectivas económicas
Santamaría hizo un análisis sobre las previsiones de crecimiento, con visos de un estancamiento en la economía mundial. Ve necesario un cambio en la política monetaria de EEUU y mostró como está desacelerando la economía china, que atraviesa problemas en los sectores inmobiliario, exterior y financiero y así como de endeudamiento en los gobiernos locales. A pesar de ello, China está decidida a convertirse en el líder tecnológico y científico a nivel global y su crecimiento respecto al de otras potencias en las últimas décadas ha sido extraordinario.
Desafíos a largo plazo
Existen cuatro factores estructurales que definirán los desafíos a largo plazo y transformarán el rumbo del planeta en las próximas décadas: desglobalización, descarbonización, digitalización y demografía.
La desglobalización se manifiesta como un fenómeno cada vez más palpable, marcado por aranceles, «países conectores» y cambios en las cadenas de valor que están reconfigurando el comercio global. Simultáneamente, el cambio climático complica la seguridad económica, y en este contexto, China se posiciona como líder en sectores cruciales para la transición energética, como la energía solar y eólica, los vehículos eléctricos y las baterías, así como la cadena de suministro de la transición extractiva.
Otro de los retos ineludibles es la inteligencia artificial, que se presenta como una nueva revolución tecnológica, trayendo consigo tanto riesgos como oportunidades, y afectando a diversos sectores económicos. Por último, la demografía se convierte en un factor crítico, ya que la explosión demográfica que se había anticipado está comenzando a desvanecerse. Esto plantea interrogantes sobre el futuro del mercado laboral y el sostenimiento de sistemas económicos y de bienestar en diversas regiones del mundo. En conjunto, estos factores interrelacionados no solo definirán el panorama económico global, sino que también exigirán una adaptación.
Además, la interacción entre estos elementos puede generar nuevas dinámicas que, si no se gestionan adecuadamente, podrían exacerbar las tensiones geopolíticas y las desigualdades económicas, lo que requerirá una colaboración global más fuerte y una visión a largo plazo para enfrentar los retos del futuro.
Patrocinado por Caja Rural de Aragón